Psicólogo y Terapeuta

jueves, 27 de enero de 2011

Cartas al director: Niños hiperactivos

Bill Gates. El Hombre más rico del planeta.
Fundador deWindows i "trastornado o enfermo mental" de ADHD

Carta publicada en la sección: Cartas al Director de la Vanguardia

Niños hiperactivos:
Quisiera dar un mensaje de seguridad, de fortaleza y de esperanza a los "afectados" por el supuestp "problema" de ADHD, el "trastorno de la hiperactividad" descrito por la psiquiatra Mara Parellada en su diario ( la Vanguardia ) el día 14 de Agosto. Yo soy uno de estos " niños hiperactivos ", pero con 54 años. No estoy de acuerdo para nada con su enfoque. Es negativo, amenazador y preocupante. Tanto para los "niños" como para sus familiares.

Señora Parellada, usted sólo tiene razón cuando dice que hay que reconocer el fenómeno y que hay que estar al tanto. Pero no la tiene cuando lo califica como "problema" clinico, como "trastorno"  mental. El ADHD no es ningún trastorno mental, como asegura usted. Yo lo conozco de cerca, a veces desde demasiado cerca. Los "niños" con ADHD no están condenados al fracaso. Ni mucho menos. Simplemente, son diferentes. Selen ser más inteligentes, más creativos y más emprendedores que nadie. Gracias a su energía, pueden mover las montañas que muchos ni siquiera ven. Suelen tener una visión de futuro que otros jamás tendrán. Yo mismo soy ingeniero en sociología cuantitativa, MBA por Esade y periodista. Por si no lo supiera, en su lista de "trastornados mentales" hay un par de conocidos:  Bill Gates y Richard Branson,  el fundador de la Virgin Records.

Hay un fabuloso libro publicado en el 2005 por Edward Hallowell y John Ratey, dos psiquiatras americanos, ambos con ADHD. Un libro rebosante de alegría, de optimismo y también de consejos muy profesionales para aprender a gestionar este "don", el don de tener la capacidad de emprender, de sorprender y de aguantar. Por cierto, le puedo asegurar que no todos acaban con "inestabilidad afectiva", como asegura en la última línea de su artículo.

PAUL VAN DER VOORT
Sitges

  • Nota David Chumillas:
El dilema sobre normalidad/patología en psicología no está nada claro, y es un tema apasionante.
No existe en absoluto un decálogo de como es una persona normal, ni de que genes, uso de neurotransmisores ni conexiones neuronales ha de tener una persona normal. Eso sería extremadamente útil ya que simplemente con comparar los datos de una persona con el patrón NORMAL hallaríamos la diferencia (por exceso o falta) y sólo cabría esperar la corrección de dichos parámetros anormales via farmacología, intervención quirúrgica etc...Afortunadamente eso es imposible. 

Actualmente se considera Normal aquella persona que responde a lo esperable social y culturalmente, y ello conlleva implícito la connotación moral predominante en el momento y los valores sociales en auge en dichos períodos culturales (lo considerado normal o patológico no era igual en la época del III REICH, en la época PRE-Helénica ni en la edad media Española.)

Los parámetros por los que se mueve la Psiquiatría para considerar lo normal o patológico se basan en lo publicado por la Asociación Psiquiátrica Americana. Ello conlleva implícito varios aspectos:
- El primero de todos se basa en el problema de la extrapolación cultural del manual.

No es la misma realidad (concepción, ideación, relación con el entono, liderazgo, familia, concepción del tiempo, religión etc...) la que vive un americano que la que vive un Chileno, un Español o un Aborigen Australiano. Cabría esperar que si se trata de un manual de patologías humanas de aspecto psicológico (de malformación o mal funcionamiento cerebral, tal y como les gusta llamar a ellos) estos aspectos fueran igualmente aplicables transversal y verticalmente en la historia de la humanidad y sus culturas. Dicho de otra manera, establecer que cualquier ser Humano que ha vivido y vivirá en cualquier rincón del planeta que sufra un resfriado, se ha roto un brazo, sufre una disfunción cardíaca o cáncer…. ha sufrido una alteración de su orden biológico que le ocasiona problemas y alteración de su orden o ritmo vital y que ello supone un peligro o problema que sufre el individuo en primera persona por lo cual éste intentará hallar la solución a su problema para volver al estado anterior a la “afección” o alteración. No ocurre lo mismo por lo que a conducta humana se refiere

- El siguiente problema y que como psicólogo nadie a día de hoy me ha dado respuesta es el porqué los
Psicólogos nos tenemos que guiar por un manual confeccionado por Psiquiatras ( no psicólogos )
Parece una consideración absurda pero no lo es en absoluto. Primero porque las premisas por las cuales se rige la Psiquiatría difieren mucho de las utilizadas y consideradas en Psicología y sus vertientes (Sistémica, Cognitivo conductual, herramientas como el Coaching o incluso la pura consideración del aprendizaje y gran plasticidad del cerebro humano en modificar y aplicar nuevas estrategias a problemas complejos) En Psicología (en general) se considera la “alteración conductual” una consecuencia de la disfunción relacional, un mal aprendizaje susceptible de modificación, un condicionamiento inapropiado o simplemente se buscan las mejores soluciones a un problema concreto. (Como mejorar la calidad de vida de un enfermo de Alzheimer o cáncer)
Por ello no comparto el uso de dicho manual en psicología ya que parten de concepciones y premisas sobre la realidad completamente opuestas.

La psiquiatría (por extensión el manual DSM) parte de la consideración que una depresión, una fobia, la enuresis, he incluso actualmente parece ser que incluyen la adicción al tabaco, como trastornos mentales debido a un mal funcionamiento del cerebro y de sus conexiones (neurotransmisores) dicha alteración cabe ser reconducida mediante psicofármacos. De echo partimos de una consideración puramente médica ya que los psiquiatras son médicos y es lógico que apliquen el mismo patrón tanto para las alteraciones biológicas que para las conductuales, cualquier enfermedad en medicina se basa en una alteración biológica, por ello aplican la misma plantilla para “alteraciones conductuales”
Dicha manera de proceder, de clasificar y catalogar (Diagnosticar) se basa en el supuesto implícito que todos los trastornos que se encuentran en el manual DSM parten de un desorden y malformación cerebral del hombre como especie, de lo contrario es absurdo aplicar dicho manual, ya que si esa no es la consideración y se tiene en cuenta el aspecto cultural, moral, social del ser humano es igualmente absurdo e incluso peligroso la aplicación de dicho manual ya que tendría sentido la aplicación de un decálogo definido de trastornos humanos a priori, ya que en todo caso cabría analizar in situ cada caso ya que los aspectos anteriormente mencionados (cultura, moral, social, libertad personal…) no son en absoluto estancos compactos ni inamovibles.

A todo ello cabe añadir la gran problemática en la subjetividad, a la hora de catalogar y diagnosticar con el manual DSM. Instrucciones tales como: Sufre malestar emocional, irritabilidad, labilidad emocional etc… son extremadamente subjetivos por parte de quien califica y diagnostica. De echo existen numerosos estudios en psicología que alertan del peligro del diagnóstico o etiquetación ( más allá de la falta de rigor ) Uno de los mas famosos se trata del Efecto Pigmalión.

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